El Real Jardín Botánico de Madrid es actualmente uno de los centros de investigación del Consejo Superior de investigaciones científicas, declarado además Jardín Artístico, que contiene más de 6000 especies distintas de plantas, entre las que se incluyen plantas europeas, americanas y pacíficas.
Hoy en día el Jardín Botánico es uno de los puntos naturales más importantes del casco histórico de Madrid, y se encuentra en el Paseo del Prado, a escasos metros de la estación de trenes de Atocha y el Museo del Prado. Es una pena que estando en punto tan estratégico, y teniendo tantas visitas por la zona, sea uno de los lugares que no suele estar en las listas turísticas de lugares que visitar y que tampoco es muy frecuentado por madrileños. Por eso hoy, aprovechando que hace un tiempo saqué de nuevo a pasear mi cámara por allí, quería hablaros sobre este lugar tan interesante, a ver si así os animáis a daros una vuelta por él.
Hay numerosos recorridos para visitarlo, ya que se divide en zonas con las arboledas más importantes, jardines con plantas florales de distintos lugares, bonsáis, especies vegetales en terrazas e invernaderos, que personalmente son mi parte favorita de este sitio. Todas las especies están destinadas a la conservación y la investigación, por lo que también se pueden encontrar dibujos, manuscritos y una gran biblioteca con documentos científicos acerca de las distintas especies. Además, también hay una sala-museo donde muchas veces hay exposiciones.
Uno de los invernaderos o estufas frías está destinado a la conservación de plantas de las Islas Canarias, y el otro está dividido en tres secciones divididas en tres ambientes meteorológicos distintos (húmero, desértico y tropical). Dentro de los propios invernaderos hay rincones muy bonitos. Hay una fuente hecha de piedra con un pequeño lago donde antes había peces, y justo encima, una cúpula preciosa de cristal que está rodeada de plantas. Además, fuera de ellos hay zonas para sentarse al lado de estanques y una pasarela preciosa formada por plantas.
El parque se puede visitar en todas las épocas del año, pero es cierto que algunas épocas son mejores que otras. En verano, el calor seca las plantas más de lo normal, por lo que si hace mucho calor es muy probable que en lugar de unardín con zonas verdes, os encontréis con un desierto. Además, es posible que en pleno verano las plantas estén menos cuidadas de lo normal. En mi opinión, la mejor época para ver este parque es sin duda primavera, cuando todo florece y los jardines empiezan a verse con colores más vivos. En otoño la mezcla de tonos marrones y anaranjados también es muy bonita.
Si queréis dar una vuelta por un sitio bonito, relajaros después de una visita larga por el Museo de Prado o de patearos el centro de Madrid y no sabéis dónde ir, siempre podéis acercaros a los jardines. Hay fuentes de agua potable, lagos donde hasta hace poco sé que había peces preciosos, sitio para sentarse y zonas con sombra, por lo que haga el calor que haga, siempre podéis tomaros un rato para descansar.
No es gratuito, pero si eres estudiante y tienes el carnet joven o de estudiantes, te hacen descuentos y sale por muy buen precio. El precio general es de 4€, y con la tarifa reducida te hacen un 50% de descuento. Además, si venís con un grupo de diez o más personas, también os hacen un 50% de descuento.
El Jardín Botánico está abierto todos los días del año excepto los días de Navidad y Año Nuevo, independientemente de que sea festivo.